El tomate, una de las hortalizas más consumidas, es una fuente muy rica de licopeno, beta-caroteno, folatos, potasio, vitamina C, flavonoides y vitamina E. Muchos de estos componentes ejercen una función individual dentro de la salud del individuo o actúan en conjunto protegiendo a las lipoproteínas y a las células vasculares de la oxidación (evitando por tanto que se produzca aterosclerosis). Otros efectos preventivos que ejercen los componentes del tomate incluyen una reducción del colesterol-LDL, de la homocisteina, de la agregación plaquetaria, y de la presión arterial.
Es lo que afirma un trabajo publicado en laUS National Library of MedicineNational Institutes of Health, un trabajo en el que se revisan y analizan todos estos aspectos, para terminar concluyendo que el tomate, debe ser considerado como un alimento fundamental dentro de una dieta cardiopreventiva.