El plátano contiene acetato de isopentilo, un compuesto que también encontramos en las feromonas de las abejas. Muchos insectos dependen de las feromonas para comunicarse incluso cuando están en ‘modo ataque’. Como el acetato de isopentilo es ligeramente picante se percibe más. Esta sustancia es más fuerte en los plátanos verdes que los maduros y atrae poderosamente a las abejas.
Además, los plátanos son muy ricos en potasio 358 mg por ración de 100 gramos por lo que se puede utilizar la parte interior de un plátano ligeramente verde para frotarla por los dientes durante unos minutos antes del cepillado habitual.
En el 2015 se consumieron una media de 10,5 kg de plátanos por persona al año en España pero los campeones en cuanto consumo de esta fruta son los habitantes de Uganda, donde este alimento forma parte de la dieta básica: se consumen 0.70 kg de plátanos al día, lo que nos da la cifra de 255,5 kilos de plátanos por persona al año.
También hay plátanos de color rojo o rosado, aunque no es fácil encontrarlos en cualquier país. A pesar de que los plátanos se cultivan en más de 120 países y existen más de 1000 variedades. Sin embargo la familia o variedad más común es el tipo Cavendish, (amarillo por supuesto). El plátano malayo de la especie Musa acuminata es uno antecesores del plátano actual y su color puede ser verde o rojizo.
Sabemos que los plátanos se toma asados, cocidos o en puré en algunos países de Latinoamérica como Ecuador, Perú, Colombia o la República Dominicana.