Profesora de investigación del Instituto de Neurociencias (UMH-CSIC) de Alicante, María Domínguez Castellano ofreció ayer una charla en el Laboratorio de Investigación Biosanitaria (Laib) de la Universidad de Murcia en la que puso encima de la mesa las claves para entender los vínculos entre la masa corporal de las personas y su madurez sexual. El sobrepeso, así como la delgadez, implican alteraciones en el inicio de la pubertad, y una pubertad precoz o tardía está asociada a diferentes trastornos y enfermedades. «Hay niños con obesidad que a los seis años ya entran en la pubertad, y es dramático», sentencia.
-¿Cómo se relaciona el sobrepeso o la delgadez con la madurez sexual?
-Se ha visto desde hace mucho tiempo que las niñas que no tienen un peso adecuado, niñas con anorexia, o incluso atletas, niñas que hacen ejercicio intenso, o que se dedican al ballet, por ejemplo, retrasan su pubertad. El cuerpo registra que no tiene el peso adecuado para iniciar la madurez sexual. La naturaleza es lo suficientemente lista como para saber que una niña extremadamente delgada no va a ser capaz de llevar a cabo con éxito su reproducción. Esto no solo ocurre con los seres humanos. Ocurre con todos los animales, con todas las especies. La naturaleza sabe que, si no se puede asegurar que un organismo se puede reproducir, que la especie no se puede perpetuar, tiene que utilizar mecanismos para lograrlo. Y un mecanismo es retrasar la madurez sexual hasta que el niño adquiera el crecimiento adecuado, con las reservas adecuadas. Lo contrario pasa con los niños obesos. Una niña con sobrepeso entra antes en la pubertad. Lo que es más dramático es que hay niños con obesidad de origen desconocido que entran en la pubertad a los seis años. Muy temprano. ¡Imagínese una niña, con seis años, que entra en pubertad! «Una madurez precoz supone un estigma, porque los niños de al lado no están metidos en ese cambio tan dramático»
-¿Qué consecuencias tiene un acceso a la pubertad a edades tan tempranas o muy tardías?
-La pubertad implica unos cambios metabólicos enormes. Todo el cuerpo cambia. Cuando hay una madurez precoz aún no hay una madurez psicológica. Es un estigma, porque los niños de al lado no están metidos en ese cambio tan dramático, y tiene otros muchos problemas. Hay muchos genes que se asocian con la entrada temprana o tardía a la pubertad, y ocurre con desarreglos hormonales. Una pubertad precoz no solo tiene problemas psicológicos o sociales, sino que se asocia incluso con un mayor riesgo de desarrollar un cáncer de mama en el caso de las niñas. En el caso de la madurez tardía suele relacionarse con problemas de fertilidad reducida. Pero los problemas psicológicos de la madurez precoz están asociados, por estudios epidemiológicos, a alteraciones de la alimentación y enfermedades mentales relacionadas con la adicción. Un cambio hormonal tan dramático, tan temprano, puede implicar más decisiones de riesgo. Que empiecen a probar alcohol y drogas más pronto. En el caso de la obesidad y la pubertad precoz, están muy relacionadas con el síndrome metabólico. Enfermedades cardiovasculares, diabetes… Además de que los niños que entran en la pubertad más temprano se quedan más bajitos para lo que podrían haber llegado a ser por su genética, que es lo más importante.
De los 14 a los 11 años
-¿Cómo influye la genética?
-La pubertad tiene un componente genético importante. Pero también hay un componente ambiental. La nutrición es uno de los factores que más influyen. Y también las enfermedades. Cualquier patología crónica que por ejemplo haga absorber peor la comida, que retrase el crecimiento o el desarrollo. Un tumor, una infección crónica, un accidente… Todo esto puede retrasar la pubertad. Y hay factores que aceleran la pubertad. En las últimas décadas, la pubertad se ha acelerado muchísimo. Antes, las niñas estaban en torno a los 14 años. Ahora están en los 11 años. Menos incluso en algunos países. También hay componentes étnicos y climáticos. En países más fríos entran después, y en países más cálidos entran antes. Esto puede estar relacionado con las reservas energéticas que tiene el individuo antes de la reproducción, unas reservas que se utilizan en la regulación de la temperatura.
-Las alteraciones en la edad de madurez sexual, ¿van a más?
-Sí, van a más. Y no se explica solo por la obesidad. Para los pediatras es un problema grave.
Fuente: La Verdad.