El fuerte olor del apio silvestre lo asociaron en la antigüedad con el culto a los muertos y tal vez por ello las tumbas de los difuntos griegos se cubrían con guirnaldas de apio. Asimismo, entre los ornamentos de las momias egipcias se han encontrado restos de esta hortaliza. El apio tenía la misma función que los crisantemos de nuestros días y era el símbolo de luto y comunicación con los antepasados. Con el paso de los años, y tras descubrir y potenciar sus propiedades medicinales y dietéticas, se va perdiendo la identificación fúnebre de esta hortaliza.
Cómo prepararlo
El apio ofrece diversas y sencillas posibilidades culinarias. Si las hojas y pencas están verdes, se utilizan en caldos o como condimento de diversos platos cocinados. Si las pencas son blancas o doradas, resultan tiernas y crujientes para consumirlas crudas, en tiras o ralladas tras eliminar con un cuchillo los hilos, como un complemento ideal de las ensaladas. La semilla de apio se usa como condimento. Si se muele y se mezcla con sal se obtiene la sal de apio, que en ocasiones se combina con ajo desecado.